El 19 de Noviembre se conmemora el Día Internacional para prevenir el Abuso Sexual Infantil, una alerta mundial para encender el futuro de niñas, niños y adolescentes y generar perspectiva de niñez a la sociedad civil y política.
Ser madre o padre genera una obligación legal denominada actualmente Responsabilidad Parental, previsto en el art. 638 del Código Civil y Comercial, cuya potencia constitutiva se basa en el respeto al Interés Superior, Autonomia Progresiva y que la opinión de hijas o hijos sea tenida en cuenta.
Han pasado 32 años de la Convención sobre los Derechos del Niño y aún siguen ocurriendo sucesos que vulneran la condición humana de nuestras niñas y niños. Aún no es posible determinar el porcentaje de progenitores que se convierten en proveedores de inquidades hacia sus propias hijas o hijos. Proveedor de iniquidades como Monk Eastman en la Historia Universal de la Infamia.
“Locura absoluta, alineación parental, víctima de un complot”, entre otros epítetos crujen en sus escritos los delincuentes sexuales y las corporaciones de abogados, mientras la víctima subestimada y menospreciada “no es creíble en su testimonio” dicen cínicamente los especialistas.
En casi todos los casos el abusador impregnado de psicopatía se victimiza detrás de una variada combinación de argumentos, lamentablemente logra convencer a su entorno y también a su comunidad que muchas veces lo sigue considerando un macho alfa a quién se le debe consideración y respeto.
Venimos sosteniendo que este Delito contra la Integridad Sexual, o aproximación carnal como decía el maestro Carlos Tejedor en los albores del Derecho Penal Argentino, es una fenomenología del Abuso de Poder.
Una clara manifestación de este ejercicio de poder sobre los cuerpos ajenos, es el denominado Le droit du Seigneur en Francia, o Ius Primae Noctis en el Derecho antiguo o Derecho de Pernada en la Edad Media, dispositivo de dominación mediante el cual los Reyes o Señores feudales ejercían su oprobiosa facultad durante los epitalamios del himeneo.
En ese sentido es célebre la genial obra del pintor ruso Vasili Polénov, denominada “Señor Derecho”, representando la ominosa solemnidad de un anacrónico derecho, ahí se observa el rostro acemilado del jerarca medieval recibiendo a la doncella acompañada de su familia. Exhibición morbosa de un crápula en el ejercicio del poder.
El jurisconsulto Salvio Juliano en tiempos del emperador Adriano había dicho que el consentimiento tácito de todos abroga leyes y derechos. Posteriormente el procedimiento del desuetudo, concebido por Kelsen como creador de normas, fue haciendo estragos el Derecho de Pernada y los antiguos arrequives de los mandones y sus mentes enfermas se fueron diluyendo con la espléndida aurora de la Revolución Francesa.
Pero los traumas del pasado siguen acompañando los procesos históricos y en esa zona de penumbra del desuetudo. aún permanecen los fantasmas de una pesadilla de la humanidad en su recorrido histórico.
Solo nos queda como nos sigue diciendo desde Chilecito, nuestro inolvidable poeta Luis Alex, la tarea azul de ternurizar a nuestras changadas.
Luis Horacio Santucho
Abogado especialista en Derechos Humanos
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