EL DESCENSO DE RIVER PLATE AL NACIONAL B COMO ACONTECIMIENTO POLÍTICO Y SOCIAL.
La divisa futbolera es parte de la pasión de miles de argentinos. Los que somos de River desde muy pequeños sentimos, al principio estupor y, luego, tristeza, dolor, pero también bronca. Pero, nada justifica la barbarie de los canallas que rompieron y quemaron todo a su paso, tributando a la inquietud social que necesita la derecha para achicar la enorme brecha que la separa de la victoria del proyecto Nacional y Popular, algo que ponga un poco de sombra al proyecto que avanza a paso de vencedor.
No compartimos, en cambio, la visión conspirativa que explica el descenso de River por arbitrajes interesados, decisiones de la AFA o que la derecha lo haya provocado para bajar el estado de ánimo de muchos argentinos. El descenso de River tiene unas cuantas lecturas, algunas futbolísticas, otras institucionales y otras sociales y políticas que viene de años. Pero no ha sido producto de una conspiración actual
Probablemente en la discontinuidad de un equipo que expulsaba estrellas para llenar arcas millonarias y luego vaciar al club en provecho de los sucesivos dirigentes esté la primera explicación: el fútbol como negocio, como expresión cultural del neoliberalismo y no como expresión popular del esfuerzo, del trabajo, de la constancia y el rigor de los que subordinan lo económico al crecimiento institucional transparente y colectivo.
Una película injustamente poco conocida de los ’60, con el guión de Osvaldo Bayer, “FÚTBOL ARGENTINO”, establece una relación estrecha entre el fútbol como pasión popular y los acontecimientos políticos de nuestro pueblo. El nuevo escenario de nuestro fútbol nos invita a un FÚTBOL ARGENTINO - SEGUNDA PARTE. Ojalá Bayer recoja el guante.
Como hincha de River no dejo de envidiar a aquellas instituciones, hace años modestas, que con esfuerzo colectivo, disciplina y honradez institucional han construido un juego virtuoso, sostenido, que se refleja en los promedios del descenso por la producción pareja y eficaz.
Párrafo aparte merece la barra riverplatense. No son todos, pero la presencia de energúmenos en la hinchada del “Millo”, esos de las banderas argentinas, porque “no somos de Perú y de Bolivia”, los “blanquitos” que no aceptan a los “negritos”, los “millo” que no aceptan “pobretones”, ese núcleo duro que creía que jamás el descenso podría comprometer al poderoso River Plate, esos despreciables enemigos de la sociedad que estamos recuperando en democracia, libertad y equidad han recibido un golpe parecido al que los hinchas argentinos xenofóbicos recibieron con aquel 6-1 en las eliminatorias del Mundial en manos de BOLIVIA. Algunos compartimos la tristeza de la derrota de nuestra divisa, como argentinos allá y como riverplatenses acá, con una satisfacción íntima de la lección que se le estaba dando a los elementos que desearían hacer retroceder el avance de la justicia social.
Este aprendizaje nos parte el corazón: no hubiéramos querido pasar por esto, pero el proceso social donde el fútbol colectivo le gana al fútbol de estrellas, donde un equipo con poco “valor” de pases es más eficaz que el que alberga millones de euros en sus integrantes, es también un avance, un logro más de esa gran revolución cultural que democratiza hasta las piedras en una Argentina que incluye e iguala hacia un destino de justicia y equidad.
No me sentiría bien si nos dieran sanciones menores que las que, en su momento, recibiera Nueva Chicago por los tumultos que su parcialidad provocara frente a la de Tigre cuando peleaban el ascenso ambas instituciones. Claro que habrá que tratar de no descender a la B Metropolitana con los puntos de castigo, nuevo descenso a los “infiernos” lo que también descartan los soberbios, pero empezando a creer en el esfuerzo colectivo, en la honradez institucional y en la expulsión de los elementos criminales y fascistoides que se dan en llamar “Borrachos del Tablón”, lúmpenes que sólo viven de la sobreventa de entradas, de los favores institucionales y quien sabe si de otros comercios aún más ilegales y repudiables.
Para recuperar el River de las pasiones juveniles voto por un juego colectivo y esforzado, porque ante todo somos hinchas del buen fútbol, del esfuerzo y el rigor.
Algo sí ha quedado claro con este nuevo FÚTBOL PARA TODOS y con este TORNEO NÉSTOR KIRCHNER: el fútbol ha recuperado la grandeza de ser un lugar cada vez más democrático, donde todo puede pasar en cuanto a resultados sin privilegios ni coronitas. Eso que hace a una de las pasiones más extraordinarias de millones por el mundo, a pesar de la influencia nefasta de las grandes corporaciones y de la FIFA que entienden al Fútbol como uno de los grandes negocios. Volver al amateurismo ya no perece un objetivo posible, pero construir un deporte profesional serio y acorde con la pasión popular, sí sería parte de un proceso de transformación posible y deseable.
28-6-11
RAÚL SCHNABEL
Integrante de la FUNLADDHH
Tel.: 4-361-8849 y cel.: 15-53364565
La divisa futbolera es parte de la pasión de miles de argentinos. Los que somos de River desde muy pequeños sentimos, al principio estupor y, luego, tristeza, dolor, pero también bronca. Pero, nada justifica la barbarie de los canallas que rompieron y quemaron todo a su paso, tributando a la inquietud social que necesita la derecha para achicar la enorme brecha que la separa de la victoria del proyecto Nacional y Popular, algo que ponga un poco de sombra al proyecto que avanza a paso de vencedor.
No compartimos, en cambio, la visión conspirativa que explica el descenso de River por arbitrajes interesados, decisiones de la AFA o que la derecha lo haya provocado para bajar el estado de ánimo de muchos argentinos. El descenso de River tiene unas cuantas lecturas, algunas futbolísticas, otras institucionales y otras sociales y políticas que viene de años. Pero no ha sido producto de una conspiración actual
Probablemente en la discontinuidad de un equipo que expulsaba estrellas para llenar arcas millonarias y luego vaciar al club en provecho de los sucesivos dirigentes esté la primera explicación: el fútbol como negocio, como expresión cultural del neoliberalismo y no como expresión popular del esfuerzo, del trabajo, de la constancia y el rigor de los que subordinan lo económico al crecimiento institucional transparente y colectivo.
Una película injustamente poco conocida de los ’60, con el guión de Osvaldo Bayer, “FÚTBOL ARGENTINO”, establece una relación estrecha entre el fútbol como pasión popular y los acontecimientos políticos de nuestro pueblo. El nuevo escenario de nuestro fútbol nos invita a un FÚTBOL ARGENTINO - SEGUNDA PARTE. Ojalá Bayer recoja el guante.
Como hincha de River no dejo de envidiar a aquellas instituciones, hace años modestas, que con esfuerzo colectivo, disciplina y honradez institucional han construido un juego virtuoso, sostenido, que se refleja en los promedios del descenso por la producción pareja y eficaz.
Párrafo aparte merece la barra riverplatense. No son todos, pero la presencia de energúmenos en la hinchada del “Millo”, esos de las banderas argentinas, porque “no somos de Perú y de Bolivia”, los “blanquitos” que no aceptan a los “negritos”, los “millo” que no aceptan “pobretones”, ese núcleo duro que creía que jamás el descenso podría comprometer al poderoso River Plate, esos despreciables enemigos de la sociedad que estamos recuperando en democracia, libertad y equidad han recibido un golpe parecido al que los hinchas argentinos xenofóbicos recibieron con aquel 6-1 en las eliminatorias del Mundial en manos de BOLIVIA. Algunos compartimos la tristeza de la derrota de nuestra divisa, como argentinos allá y como riverplatenses acá, con una satisfacción íntima de la lección que se le estaba dando a los elementos que desearían hacer retroceder el avance de la justicia social.
Este aprendizaje nos parte el corazón: no hubiéramos querido pasar por esto, pero el proceso social donde el fútbol colectivo le gana al fútbol de estrellas, donde un equipo con poco “valor” de pases es más eficaz que el que alberga millones de euros en sus integrantes, es también un avance, un logro más de esa gran revolución cultural que democratiza hasta las piedras en una Argentina que incluye e iguala hacia un destino de justicia y equidad.
No me sentiría bien si nos dieran sanciones menores que las que, en su momento, recibiera Nueva Chicago por los tumultos que su parcialidad provocara frente a la de Tigre cuando peleaban el ascenso ambas instituciones. Claro que habrá que tratar de no descender a la B Metropolitana con los puntos de castigo, nuevo descenso a los “infiernos” lo que también descartan los soberbios, pero empezando a creer en el esfuerzo colectivo, en la honradez institucional y en la expulsión de los elementos criminales y fascistoides que se dan en llamar “Borrachos del Tablón”, lúmpenes que sólo viven de la sobreventa de entradas, de los favores institucionales y quien sabe si de otros comercios aún más ilegales y repudiables.
Para recuperar el River de las pasiones juveniles voto por un juego colectivo y esforzado, porque ante todo somos hinchas del buen fútbol, del esfuerzo y el rigor.
Algo sí ha quedado claro con este nuevo FÚTBOL PARA TODOS y con este TORNEO NÉSTOR KIRCHNER: el fútbol ha recuperado la grandeza de ser un lugar cada vez más democrático, donde todo puede pasar en cuanto a resultados sin privilegios ni coronitas. Eso que hace a una de las pasiones más extraordinarias de millones por el mundo, a pesar de la influencia nefasta de las grandes corporaciones y de la FIFA que entienden al Fútbol como uno de los grandes negocios. Volver al amateurismo ya no perece un objetivo posible, pero construir un deporte profesional serio y acorde con la pasión popular, sí sería parte de un proceso de transformación posible y deseable.
28-6-11
RAÚL SCHNABEL
Integrante de la FUNLADDHH
Tel.: 4-361-8849 y cel.: 15-53364565
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